¿que pasaria si...

...los griegos caen en una cuchara de plata y comienzan a hervir?

Una consigna perdida de Adoquines...

Atenienses y Espartanos. La unión que no había sido predicha. La unión que había sido por todos los Dioses prohibida, y que estaba siendo... ahora

Desde las doradas alturas, inaccesibles a ojos mortales, los Dioses observan su obra reunirse en las murallas.

Ares y Atenea esperan.

En los huertos verdes de olivos y en las murallas construidas por ancestros, los escudos hoplitas se alinean, preparados para el combate...

Frente a ellos el enemigo invencible...

Si supieran, ay! si tan solo los griegos supieran de las diversiones de los Dioses... son juguetes en sus manos, juguetes de arcilla que pueden destrozar para volver a armar cuantas veces quieran...

Los Dioses deciden, los Dioses construyen y destruyen a su antojo. Porque son eternos, porque no hay nada que los destruya... Los Dioses no conocen de amor y de muerte, de llantos, desesperación y esperanzas... Los Dioses son Dioses no entienden de humanidad...

Las cuerdas se ponen en movimiento, Los Dioses se aburren en una espera que depende de ellos...

Un temblor apenas avisa, las murallas se derrumban, se deshacen en las miles de piedras que las sostenian...

Atenienses y Espartanos caen, el mundo helénico entero se hunde en la nada...

Solo los mas bellos y hermosos son salvados. Solo ellos no son tragados en la oscuridad.

Reaparecen ellos mismos, con sus escudos y sus lanzas en un mundo plateado que los cobija. Un mundo nuevo que les ilumina el corazón, llenándolos nuevamente de esperanzas interrumpidas.

El horizonte se pierde en plata, mas allá surgen aguas rosadas que los atraen con dulces aromas. Levemente intoxicados se bañan en ellas, las aguas prometen curarles las heridas que habían olvidado tener.

Quizá solo uno de ellos se dio cuenta del súbito cambio pero no llego a advertir a nadie. El olor nauseabundo inundado de frutillas los mareaba y confundía. Sin darse cuenta un sol oscuro y anaranjado se eleva por el sur. Las aguas tiemblan. Los hombres hierven.

Se dan cuenta apenas un poco tarde.

Entre gritos desesperados el ultimo griego se funde en las aguas. En las tierras plateadas, el escudo y la lanza que había olvidado desaparece...