La dama oscura abrió el paraguas al salir del subte.
La lluvia caía copiosamente oscureciendo la ciudad.
La dama mira hacia atrás, asustada, perseguida, segura que encontraría detrás de ella a aquel de quien estaba escapando
Se apresura en la lluvia.
Tiene que llegar al barco. La única salida que le queda de la ciudad que la tiene apresada
Sus tacos golpean la vereda al caminar.
Las luces de un auto la encandilan, la aterrorizan.
Se detiene bruscamente. Las rodillas le tiemblan.
El agua sucia la salpica mojándole el traje.
Reacciona. Tiene que escapar. Tiene que apresurarse.
Dobla la esquina. Se interna en una calle sombría.
Un gato maúlla agresivamente ante el desconocido.
La dama olvida rápidamente las luces de una ciudad brillante y helada.
Golpea la puerta trasera de un edificio, tres veces. Una mujer desaliñada le abre.
No pide explicaciones. La deja pasar. Sabe a que viene. La estaba esperando. Pero no es bienvenida.
La dama se arregla el cabello en el espejo de la sala. La mujer la sigue de cerca sin perder movimiento.
Ve una sombra moverse detrás de su reflejo. La dama grita.
La mujer desaliñada la sacude y la insta a irse.
La dama toma el paraguas y sale corriendo de la casa, el aire estancándose en sus pulmones.
Deja olvidadas las horquillas doradas.
La dama corre por calles solitarias que se confunden en la oscuridad.
Mira por sobre el hombro.
Sus tacos resuenan entre los edificios abandonados.
Tiene que llegar al puerto. El barco parte en media hora.
Pierde el camino. Llega a un callejón cerrado.
Se da vuelta.
Lo ve.
Ahí esta Él.
Siempre ha estado ahí, refugiándose en su sombra.
Nunca dejándola alejarse más de su gusto.
Se acerca, silencioso como un gato.
Ella llora, implora desesperada.
El la mira con ojos fríos.
La agarra del cabello suelto.
Ella grita pidiendo piedad.
Las lágrimas se funden con la lluvia que cae sobre su rostro.
El susurra dos palabras.
Ella llora llamándolo por su nombre.
El la besa. Con furia, con dolor… con amor.
Ella responde al beso. Con temor, con lastima… con odio.
El le suelta el pelo.
Ella huye.
Un disparo resuena en la noche.
La dama oscura suelta el paraguas que cae en el callejón vacio… abierto, roto.
Mira el cielo
Las gotas de sangre repiquetean al golpear el empedrado.
En sus ojos los relámpagos tatúan la sombra de un barco viejo.